viernes, 26 de marzo de 2010

EN UN DIA COMO HOY ...

En el año 1995 la Religiosa Hna. Marcela Fortín comenzó a recorrer las calles de General Roca – Río Negro tomando contacto con la problemática de los chicos que viven en las ellas. Al año siguiente se sumó a esta labor el Religioso P. Andrés Tocalini de la comunidad Marianista, parroquia Cristo Resucitado de la ciudad de General Roca.
Ante la cantidad de casos que detectados, convocaron voluntarios para seguir adelante con la tarea de acompañar y cubrir las necesidades mínimas de esos niños y jóvenes. Las rondas diarias auspiciaron la posibilidad de encuentro y merienda, esto hizo que pudieran entablar relaciones que con el tiempo se fueron afianzando. A los que estaban fuera de los Supermercados se les acercaba por las noches un plato de comida caliente, con la intención de que terminen su día un poco mejor y ganar espacio para ayudarlos. Esta comida era preparada por un grupo de voluntarios en sus casas. La encargada de la entrega de esto fue la Hna. Marcela, todo de un modo organizado de tal manera que cada día de la semana exista una cena caliente para ofrecer. Poco a poco esto fue creciendo y así fueron aumentando las demandas y necesidades que había que cubrir.
Se comenzó con la gestión necesaria para conseguir un lugar físico que permita un funcionamiento adecuado, donde se les pudiera brindar a los jóvenes de y en la calle, un lugar de contención, un espacio para higienizarse, comer, realizar algún deporte o simplemente donde pudieran estar juntos y conversar sobre sus problemáticas. En definitiva, un espacio para ellos donde el proyecto comenzara a materializarse.
Es así como nació nuestra Casa- Refugio, ubicada en calle Libertad 2100- Barrio Aeroclub- Gral. Roca.
Claro que los éxitos de los chicos y la Fundación Ninquihué tuvieron momentos difíciles y de grandes pérdidas, pero en el mayor de los casos encontramos que esos niños y adolescentes de ayer hoy son padres de familia, escritores, albañiles, repositores, empleados en petroleras, de panaderías, etc.
Tenemos para mostrar nuestros muertos, nuestros chicos presos y los que no sabemos nada de ellos, los que no pudieron aferrarse a una esperanza y continuaron en el círculo sin fin.
Otros fueron cumpliendo sueños que les parecían inalcanzables, poder terminar sus estudios, tener un trabajo, poder llevar la comida a su casa, formar una pareja, tener a sus hijos, hasta algunos pudieron ver publicados sus trabajos literarios.

Todos forman parte de Ninquihué y estamos orgullos de ellos.

Actualmente, la Fundación Ninquihué ha decidido realizar una tarea destinada a la prevención y contención con niños. Teniendo en cuenta todas las áreas de trabajo, se atienden unos 60 niños. La asistencia diurna a la Casa Refugio abarca chicos entre los 06 y 14 años de edad, se les asegura la escolaridad, apoyo educacional, alimentación, indumentaria, atención médica, higiene, recreación, deportes y una labor imprescindible de un equipo técnico formado por una asistente social y una psicóloga.
Estos años han marcado un camino que indica que poco o mucho se puede hacer, de un modo u otro. De algo estamos seguros: como comunidad no podemos permitirnos que un chico nacido de nuestras entrañas ciudadanas viva abandonado en la calle.


GRACIAS A QUIENES SOÑARON QUE OTRA VIDA ES POSIBLE y "Que entre todos podemos hacer que la calle solo sea para estos chicos y chicas,Un espacio que se cruza para llegar a un destino deseado".

1 comentario:

  1. Qué lindo es enterarse de que todavía existe gente con buen corazón que hace las cosas bien.
    Sinceramente los felicito.

    Carolina.

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